Con el invierno llegan las heladas, las temperaturas bajan y el peligro en carretera aumenta. El hielo es un elemento muy peligrosos que hace que la calzada sea sumamente deslizante, convirtiéndose en una pista de patinaje. Desde AMV te proponemos una serie de consejos para manejar seguro. Toda precaución en poca para disfrutar de tu moto.
La adherencia de un vehículo o moto sobre hielo es crítica, mucho más que la nieve. Si vamos manejando puede que no veamos las placas de hielo que se forman en el asfalto con el frio, pero… ¡Se puede intuir!
Esto suele ocurrir en zonas frías con más riesgo de hielo por existir zonas sombrías, en las cunetas de carreteras sin arcén o con vegetación que propicia la condensación de humedad, en los puentes y pasos elevados, o debajo de ellos, también en las entradas y salidas de los túneles.
Consejos para manejar con heladas
La responsabilidad es una actitud fundamental que debemos mantener siempre, sea cual sea la época del año y el tiempo que se presente. Sin embargo, ante situaciones meteorológicas adversas, se antoja aún más primordial si cabe, ya que los riesgos son mayores.
Por lo tanto, solo aconsejamos agarrar la moto a aquellas personas con mucha experiencia, capaces de controlar el vehículo en cualquier situación y con muchos kilómetros a sus espaldas. Esto no quiere decir que haya que confiarse, solamente significa que quienes conocen los riesgos, y también conocen su propia moto, son quienes pueden manejar en condiciones adversas.
Uno de los consejos más importantes, es la distancia de seguridad. La carretera puede perder agarre en épocas invernales, de modo que debemos aumentar la distancia ya que la moto no va a frenar igual y el riesgo se va a incrementar.
Cuando frenamos de manera fuerte, hay más opciones que la moto derrape o no tenga la misma estabilidad. La distancia de frenada, cuando la carretera cuenta con situaciones adversas, aumenta. Reducir la velocidad con los cambios y también con el freno trasero, van a disminuir las probabilidades de caídas con tu moto.
La trazada debe ser suave y mucho más con las carreteras heladas. Unos cambios bruscos de dirección nos puede dar una desagradable sorpresa y producirse resbalones. Aprovechá las rodadas de los coches, ya que las huellas que dejan a su paso pueden ser aprovechadas con tu moto.
Atención especial al trazar curvas. Las sombras, en condiciones de frío intenso y alta humedad, aumenta la probabilidad de hielo en la calzada. Todo ello conlleva, una inclinación de la moto menor que en seco, lo que obliga un paso por curva de menor velocidad.
En invierno, hay partes de la moto que se resienten más, como puede ser las ruedas, radiador, liquido anticongelante…etc, por lo tanto, hacer una revisión exhaustiva va a ser un punto clave siempre que vayas a salir con tu moto y haya peligro de hielo.
Revisa con regularidad la presión de los neumáticos de tu moto, baja un poco la presión para conseguir mayor superficie de rozamiento. Los neumáticos invernales son aptos para temperaturas inferiores a 7ºC y contribuyen a mejorar la seguridad activa.
A veces, el hielo puede aparecer por sorpresa. En este caso, hay que mantener la moto recta a velocidad constante, sin frenar ni acelerar. Aprovechá las horas centrales del día para viajar, son las de mayor temperatura, menor riesgo de hielos y mayor visibilidad de calzada.
Equipamiento invernal
El casco forma parte de la indumentaria habitual que debe llevar el conductor, es obligatorio y reduce hasta un 70% las probabilidades de lesiones graves en caso de sufrir un siniestro en moto.
Las camperas de moto se hacen imprescindibles en esta época de año ya que las bajas temperaturas nos pueden afectar a la conducción. Debemos buscas abrigos impermeables, transpirables y que sean muy visibles en caso de accidentes o urgencias.
Los pantalones, al igual que los abrigos, deben quedar ajustados al cuerpo para evitar la entrada de agua y aire. Las protecciones en hombros, codos, rodillas y espalda tienen que estar siempre presentes.
Los guantes deben tener protección integral con refuerzos en las palmas y nudillos. La necesidad de tener un buen tacto con el manubrio obliga a que los guantes no sean excesivamente gruesos.
Las botas de moto, al igual que los guantes, no pueden ser demasiados gruesos para no perder contacto con los pedales. Es necesario que estén sujetas al menos por encima del tobillo.
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