Nuestro consejo del calendario del mes de noviembre se centra en recordar que si viajás en moto no hay excusa para no tomar nada de alcohol. Al ingerir esta sustancia, se reducen en gran medida los reflejos que tenemos. Supone un gran problema porque podemos generar un accidente y las consecuencias pueden ser nefastas.
Salir del trabajo, ir a una fiesta, celebrar una buena noticia… son situaciones con motivo de celebración y que pueden incitar a tomar alguna copa de alcohol. Pero tenés que tener en cuenta que la conducción y el alcohol son totalmente incompatibles. Si bebes no debes manejar ningún tipo de vehículo, especialmente una moto porque el más perjudicado siempre será el motorista.
La mayoría de personas no conoce los efectos que puede tener el alcohol y muchos piensan que beber una sola copa no altera nuestros sentidos. Al tomar se reduce la capacidad de reacción, además genera somnolencia, aunque en un primer momento se crea lo contrario. La visión también se ve afectada, y por supuesto nuestros movimientos se reducen, lo que genera que nos impida doblar en las curvas, frenar o pasar a otras motos o coches.
En nuestro país muchos de los accidentes que se producen son consecuencia del alcohol. En gran cantidad de ellos las víctimas sufren graves problemas e incluso hay muchas mortales. Los más perjudicados suelen ser los motoristas porque son los más expuestos a la carretera. Tomar sustancias peligrosas no sólo supone un riesgo para el conductor, el resto de individuos también pueden tener consecuencias.
Límites legales para la ingesta de alcohol
Los conductores no suelen conocer los límites legales de tolerancia máxima de alcohol. La Ley Nacional de Tránsito y su reglamentación establecen el tramo en 0,5 g. por litro en sangre. Aunque la Ley Nacional de Lucha contra el Alcoholismo Nº 24.788 se pone más seria con los motoristas y pone el límite en 0,2 g por litro en sangre y 0 g. para conductores profesionales.
Al principio de la ingesta de alcohol, el individuo tiene sensación de alegría, más pulso, siente más seguridad de sí mismo, lo que puede provocar un problema porque no es consciente del peligro de coger un vehículo. A medida que pasa el tiempo se empiezan a sentir mareos, se tiene menos coordinación, se habla y se ve con dificultad y la mente empieza a ir más lenta. Llevar una motocicleta en estas condiciones es un gran riesgo para todos.
¡Recuerda! Si tenés que coger la moto, no bebas ni una gota.
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