El conductor procesa de manera continua información del tránsito, útil para su seguridad. Solo una correcta atención permitirá una mejor toma de decisiones. En este contexto, el consumo de alcohol tiene consecuencias negativas en las aptitudes de la conducción y una reducción en la percepción del peligro.
El alcohol se encuentra asociada casi siempre a la velocidad, el sueño y las distracciones. Cada vez más se intenta concienciar sobre la responsabilidad de los conductores y el peligro que esto supone al manejar.
En nuestro país, la Ley Nacional de Tránsito y su reglamentación establecen un límite de tolerancia máximo en sangre de 0.5 gr por litro. Este límite se vuelve más estricto para motociclistas y ciclomotoristas, que disminuye a 0.2 gr/litro, y cero para conductores profesionales (transporte de carga, pasajeros), según la ley Nacional de Lucha contra el Alcoholismo Nº 24.788.
Alcohol y conducción no se llevan
Está comprobado que el alcohol es uno de los principales enemigos del conductor, ya que puede ser uno de las causas de accidentes de tránsito (implica el 50% de los siniestros que provocan muertes o incapacidades definitivas).
Todos sabemos que la conducción bajo estos efectos es peligroso, sin embargo, muy pocos saben a que riesgos se exponen a la hora de manejar. Actúa como un sistema depresor del sistema nervioso disminuyendo la capacidad de conducción debido a que:
– Deteriora la percepción sensorial (vista y oído) modificando el comportamiento del individuo que se traduce en una falsa apreciación de la realidad.
– Altera la percepción y disminuye la capacidad de atención.
– Se alargan los tiempos de reacción, respuestas y las maniobras se hacen más torpes.
– Empeoramiento de la visión periférica, se hace más lenta la adaptación a cambios de luz y se perciben con dificultad los tonos rojos (por ejemplo luces de semáforo, luces de posición y las de freno entre otras).
Efectos y grado de alcoholemia
Según un informe de CESVI “sin alcohol al conducir“, a medida que el nivel en sangre aumenta se presentan una serie de riesgos y efectos que se detalla a continuación en comparación de las necesidades piscomotoras necesarias para la conducción de vehículos:
También podés leer: